La Nava

La Nava
Este es mi pueblo

lunes, 7 de enero de 2008

Año 2008

Quiero desear a todas las personas que visiten mi blog, que este año que acaba de nacer colme todos sus desos, llenandolos de :Saluz, Paz, Amor y Bienestar.
VA POR USTEDES.

Adelaida Hidalgo

Adelaida Hidalgo
La autora

Datos personales

Nací en La Nava hace unas cuantas décadas en el mes de enero. Me gusta escribir y todo lo relacionado con la literatura. Estoy muy orgullosa de haber nacido en ésta tierra indómita de gentes bravas y nobles, hospitalaria y generosa con todos aquellos que nos visitan.

Mis padres

Mis padres

Vivencias extremeñas


Vaya este pequeño homenaje para toda la buena gente de La Nava, que tanto se afanaron cultivando la tierra; y en especial a mis padres, a quienes veo en parte, reflejados en esta historia.

En La Nava vi la luz,
de aquí, partí hacia otras tierras
y cuando voy por allí
y veo sus calles desiertas,
vuelvo hacia atrás la mirada
y las veo: Polvorientas,
con carros por los caminos
las ovejas por las calles,
los cerdos y las bestias
con su son de cascabeles
y las aguaderas puestas
y las eras en verano
y el cigüeñal en la huerta.




¡Oigo cantos y alboroto!
los carnavales que empiezan,
los mozos que con sus murgas
traen a la gente revuelta
y habrá carrera de gallos,
las mulas ya están dispuestas.

¡Madre ya vienen los quintos
de tallarse en Benquerencia!.
Y las mozas, ¡qué lozanas!
pasan con el agua fresca,
con el barril en la mano
y el cántaro en la cadera.
¿Y aquellos paseos tranquilos
por medio de la carretera?
sólo pasaba algún camión
y el coche-correo
de Monterrubio a Castuera.

Los bailes en el salón de la Ignacia,
empiezan a las cinco y media


La feria es en junio.
¡Cuanto entusiasmo y fervor
llevando por todo el pueblo
al Sagrado Corazón!
Al regreso de la iglesia
hay un puesto de turrón
y en la pista de Mariano
suena ya el saxofón.

Hay gaseosa refrescándose
en el pozo y vinillo peleón.


Que siestas tan apacibles
cuando termina la siega
con el canto de las chicharras
que con el calor arrecian.
Y las tardes de verano
sentadas en la puerta
escuchando tantas cosas
que nos contaban las viejas,
a la vez que remendaban
o hacían calceta.

¡Vamos allá mana Josefa!
¡Allá vamos! Hoy no hay “priesa”.

Ya está la parva en la era
los “jaces” en la “jacina
y el trillo rueda que rueda.
Aprovechemos el aire.
¡Dale al “bierdo”! ¡Así se balea!.
Mira que “aniar” de paja
tengo “amontonao” en la era.
¡Muchacho espanta esos cuervos!
¿No ves que tienen polluelos?
y están volando “mu” bajo
“mu” cerca del gallinero.
¡ Corre, que se lleva uno
y es el pollito Tercero!

Las hormigas grano a grano
van llenando el hormiguero.




Por la vendimia hay mendigos
que llegan a nuestro pueblo,
cada uno en su medida
le damos lo que tenemos.
Cubren su necesidad
Y se quedan a pasar el invierno.

Se atiza la lumbre
se cuece el puchero.

Niños a “merendillá”
¿Pan con “acituna”?
¿Con aceite y “azúca”?
Hoy “sus voy a dá”
un “cachito queso”
que es de la Serena
y no hay otro igual.



El 27 de Septiembre
por el camino de Navacerrá,
cada uno como puede,
andando, en burros, mulas o yeguas,
vamos llegando a su Ermita
para estar con nuestra Virgen
el día de su romería.
Unos a cumplir promesas
otros... a pasar el día.

¡Virgencita de Belén
haznos más suave la vida!





Al llegar la sementera
y al despuntar la mañana
los gañanes con las yuntas
van llegando a la besana.
Esparcida la semilla
por el tranche bien cortado
bajo el yugo y anterrollo
van tirando del arado,
surco a surco, palmo a palmo,
cogidos a las manceras
y desgranando un cantar,
va transcurriendo la “güebra”
El sol tibio del otoño
y el rocío mañanero,
harán germinar la tierra.

Se cuecen los panes,
se respeta a la abuela.

Por los encinares
camina el porquero
la zurriega al hombro,
tras él van los cerdos.
Se empujan, se pisan,
gruñen, se atropellan
por comer primero.
Son de raza ibérica
“esos que son negros”.

Las grullas en uve
van surcando el cielo.


Y oigo risas y alegrías
en las familias completas
nadie falta...
En los días de matanza
todos juntos en la mesa.

Comen migas con torreznos
y caldereta.

Tocan la zambomba,
cantan a la rama,
saltan a la comba,
juegan a las tres en raya,
a las cinco chinas,
al truco, a la mocha,
al calbiro, al ripión,
al burro y a piola.

Se oyen canciones,
allá a lo lejos, en los olivares
que rodean al pueblo.
Son las cuadrillas
de aceituneros
que al ritmo alegre
de vara y pialero
varean, recogen
y llenan los seros.




Caminando hacia la sierra,
van los cabreros.

En las noches de invierno,
la lluvia empieza suave,
va arreciando, caen canales,
la familia está reunida
en torno a la chimenea
la lumbre está encendida,
la luz del candil parpadea,
el abuelo cuenta cuentos,
historias, vivencias.

Pero... ¿Qué hora es?.
¿Las nueve y todavía “levantaos”?
¡A la cama! Que mañana hay faena;
tú con la yunta que hay
que arzar, minar y terciar
“pa” preparar bien la tierra
que los años vienen malos
y la senara no llega.
Tú con la cochina y después de
“ jartarla” de “ yerba”
te vas” pa” la escuela
que tienes que aprender a escribir
y las cuatro reglas,
tú ayudarle a tu madre
que va ir a lavar a la” güerta”
y ella sola no puede
con el cesto, la ropa,
el cubo y la panera.
Yo tengo mil cosas que “jacer”
sembrar las patatas,
tapar un portillo en la cerca
“pa” cuando eche la yegua
a “plao” no se salga y se pierda
y después si me queda tiempo
ir a por una carga de leña
que ya va quedando poca
y la “agüela” está “tor” día
atizando y echa que te echa.

¡Hay que trabajar
que la vida es muy negra!
y mañana quedreis” un real
que han “venío” las comedias.


Que bonitos están
los campos en primavera
las sierras están floridas
los pájaros canturrean
los trigos ya van granando
está cercana la siega.
Van preparando las “joces”,
los” deiles,” el peto la “deilera”
que no se olvide el sombrero
y llenar el barril
en los caños de agua fresca
que vamos a la Serena.

Y un trajín de ir y venir
y todas sus calles llenas



...............……..


Ya regresa mi mirada
Ya veo sus calles quedas.
No hay carros por los caminos,
ni cigüeñal en la huerta,
ni habrá carrera de gallos,
ni mulas para correrlas
ni hay cabrero que se lleve
las cabritas a la sierra,
ni trajín de ir y venir...
Sus calles están desiertas.
¿Y mi gentes tan queridas?.
¿Dónde están?
¿Dónde se encuentran?

Muy poquitos han quedado.
Los mayores pasaron a mejor vida,
los jóvenes marcharon
hacia otras tierras,
buscando vidas mejores
viven con el alma inquieta,
deseando llegue Agosto
y volver a nuestra tierra.

A veces quisiera entrar
en un gran túnel del tiempo
y a su salida encontrarme
con La Nava que hoy tenemos:
Tiene sus calles asfaltadas,
parque, jardines, teléfono,
agua corriente,
campo para el deporte,
consultorio médico,
Centro Social para el ocio,
Biblioteca, Internet,
granjas, cebaderos,
maquinaria para el campo...
Pero...
Daría parte de mi vida,
porque allí estuvieran
todas sus gentes,
para mí, ¡tan queridas!

Adelaida Hidalgo


DESPERTAR EN LA NAVA



Acabo de llegar y ya he visto a casi todos. Que alegría me da al saludarlos de nuevo. Han venido muchos turistas como nos llaman a los que vivimos fuera.
Me encanta ver el pueblo lleno.
He oxigenado mis pulmones de aire puro. Si pudiera me llevaría un poquito para la vuelta, me vendría muy bien para la polución que respiramos por ahí.
He visto los gatos de mi vecino, están gordos, los tiene bien cuidados, los llamo para acariciarlos y se van corriendo. No me conocen.
Allá arriba veo la torre de la iglesia, mañana es domingo y oiré tocar la campana. Tiene un sonido cantarín. Me gusta escucharla.
He bebido agua de los caños. Ya no es la misma.
He grabado en mi retina esta magnifica puesta de sol reflejándose sobre Piedra Amarilla. Es para no olvidarla nunca.
La tarde hace las maletas y se marcha, le da el relevo a la noche. Es apacible, tranquila, sosegada…
El silencio reina en la calle. Estoy cansada y me voy a dormir. Dejo abierto el contra luz de la ventana para ver las estrellas a través de los cristales.
Las contemplo un largo rato. Que luz tan intensa tienen. ¡Cómo brillan las estrellas en La Nava! Jamás las he visto brillar igual en ninguna otra parte.
Intento dormir, no puedo, no me deja la nostalgia ; tengo en mi memoria tantos recuerdos grabados agolpándose por salir.
Mi niñez. ¡Está tan lejana! Ir a la escuela, jugar al truco en la calle, subir a la sierra el día de la Candelaria.¿Cuantos años subí? Creo que todos los que estuve en La Nava.
A comer el hornazo de niña, más tarde a comer arroz con gallo, (que allí cocinábamos) con las amigas. Todas éramos amigas. También las maestras que eran solteras y algunas que mal lo pasaban, no sabían andar por las peñas. Recuerdo a Raquel, se agarraba a las “arbulagas” para no caer .¡Con lo que pinchan!
Unas hacían la lumbre, otras pelaban el gallo, otras iban a buscar agua de lluvia a los pilones (peñas cóncavas) que por estas fechas siempre estaban llenos y a nosotras siempre se nos terminaba.
Y entre risa y cánticos transcurría el día.
Que días tan bonitos. y ¡que bueno estaba el arroz con gallo!... Y los años jóvenes.
Los ojos se van cerrando y duermo toda la noche. No se oye nada, calma y sosiego total.
¡Que bien se duerme en La Nava!
Pero…¿Me están dando una serenata?
Son mis vecinas, las de arriba que han venido un año más a saludarme y lo hacen cantando al alba.
Gracias golondrinas por este magnifico concierto.
Y es que estas cosas solo me pueden ocurrir en La Nava.

Adelaida Hidalgo


Laguna del tesorillo en plena sierra

Laguna del tesorillo en plena sierra

Puesta de sol

Puesta de sol

Puesta de sol

Puesta de sol

Puesta de sol

Puesta de sol

Vista desde la Laguna del Tesorillo

Vista desde la Laguna del Tesorillo

Chiringuito

Chiringuito

Naturaleza

Naturaleza

La bomba




Era carnaval. En el pueblo se divertían. Y cada uno a su manera: Los mozos con sus “Murgas”, que después de pedir permiso al alcalde, iban por todas las calles cantando las coplillas que el Flamenco, “gran compositor”, había preparado con los acontecimientos más importantes que habían ocurrido en el pueblo.

Las niñas nos vestíamos con trajes de gitana y comprábamos altramuces por una perra gorda el vaso, en casa de Antonia de Amador.

Emperatriz de la Tonga, se disfrazaba todos los años y nos hacia reír con sus parodias.
Era muy divertida.

Se hacían grandes bailes en el salón de la Ignacia, donde se reunían todos, casados y solteros, los niños los imitábamos bailando en la calle, no nos dejaban pasar.

Unos cuantos niños, entre ellos Matías, Jacinto y Luis, decidieron coger una bomba que había en las chumberas del Moreno (casi todos sabían la existencia de esa bomba allí) y tirarla por el balcón del salón de baile que tenía fácil acceso por la sierra, cuando más gente hubiese bailando. Así ellos serían los protagonistas absolutos con “sus fuegos artificiales”.

¡Que atrevida es la inocencia de los niños!

Se les unió José María (Tarzán) de veinte o veinticinco años “gran experto en explosivos “, ya había hecho explosionar dos proyectiles años atrás sin consecuencias afortunadamente, aunque sí nos llevamos un buen susto por el ruido ensordecedor de la explosión que al ser en la sierra se acentuó más.

Todos querían llevar la bomba, que al final explotó en sus manos, hiriendo a los ya mencionados. El más grave Luis que perdió la vista.

Todo el pueblo sintió lo acontecido a estos niños y a José María y ese año el carnaval ya no fue el mismo.

Recuerdo también que el “Cano” de Herminio y Agustín de los “Lobos” unos años antes, perdieron dedos de las manos jugando con fulminantes o tropezando con ellos al coger otra cosa.

Estas fueron algunas consecuencias de la guerra civil.

El pueblo y los alrededores quedaron llenos de armamento bélico.

Aún no hace mucho, diez años quizá, encontraron un proyectil en el corral de mi hermana Celia que fue explosionado por los artificieros de Mérida.


Adelaida Hidalgo




Parque del Navazo

Parque del Navazo

Ruinas del castillo

Ruinas del castillo

Guarida

Guarida

Cueva

Cueva